El Diario del Pibito Barro: Día 50

Volví a casa con medialunas y laburito. Fui flotando por la calle y no porque estaba fumado sino porque fui tan pero tan rápido corriendo a contarle a la Vieja, que sentí que volaba.

 

La Vieja feliz, saltaba por toda la cocina. Peló esa sonrisa hermosa que tiene que, aunque no tenga el comedor completo, brilla. Tan chocha estaba que preparó el guiso Wawancó para festejar. Creo que nunca le salió tan rico, tres platos me comí. No hay dudas, cuando se cocina con amor y felicidad la comida es más sabrosa. Tiene ese gustito especial que no te lo da ningún condimento.

 

Luchito es re piola. Pegamos onda al toque. Como si nos conociéramos de años. Cuando le conté que estaba sin guita, no dudó en darme la chaguita. Hasta me va a enseñar el oficio, porque de cocinar no sé nada.

 

Tres cosas nomás me dijo que tengo que respetar:

 

1. Luchito es fanático de Shakira. Todas las mañanas antes de prender el horno tenemos que escuchar una canción de ella. La que más le cabe es una que se llama algo así como “Impermeable” o “Inevitable”. Y hay días que, generalmente los lluviosos, Shakira suena toda la mañana. Raro mambito el de Luchito. Ya le sacaré la ficha a ese flasheo Shakiresco que tiene.

 

2. Tengo que ser puntual, no caer escabiado ni fumando y menos de gira.

 

3. No trabajar con cara de ojete, que para eso están los ratis.

 

 

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